Entendiendo el estrés
El estrés surge cuando la percepción de las demandas externas o internas supera los recursos que creemos tener para afrontarlas. Esto genera una activación física y mental que, mantenida en el tiempo, resulta perjudicial.
Factores comunes que suelen provocarlo:
Exceso de trabajo o presión laboral.
Falta de tiempo o conciliación con la vida personal.
Problemas económicos o responsabilidades familiares.
Cambios importantes en la vida (mudanzas, pérdidas, crisis personales).
Expectativas personales demasiado altas o perfeccionismo.
Síntomas frecuentes del estrés
El estrés se manifiesta en distintos niveles:
Síntomas físicos: tensión muscular, dolores de cabeza, insomnio, palpitaciones, problemas digestivos o fatiga.
Síntomas emocionales: irritabilidad, ansiedad, tristeza, sensación de desbordamiento.
Síntomas cognitivos: dificultad para concentrarse, olvidos, pensamientos acelerados o rumiación constante.
Síntomas conductuales: aislamiento, cambios en el apetito, consumo excesivo de cafeína, alcohol o tabaco, procrastinación.
Cómo ayuda la terapia
La terapia psicológica ofrece un espacio para identificar qué está generando el estrés y aprender estrategias para manejarlo de manera más saludable.
En consulta se trabaja en:
Reconocimiento de las fuentes de estrés: comprender qué situaciones, pensamientos o dinámicas lo mantienen.
Gestión emocional: aprender técnicas de relajación, mindfulness y respiración para reducir la activación física.
Reestructuración cognitiva: identificar creencias y exigencias poco realistas que generan presión interna.
Organización y autocuidado: establecer rutinas de descanso, hábitos saludables y estrategias para priorizar lo importante.
Desarrollo de resiliencia: adquirir recursos internos que permitan afrontar con mayor fortaleza situaciones futuras.
Objetivo del tratamiento
El tratamiento busca que recuperes tu equilibrio emocional y físico, reduciendo el impacto negativo del estrés en tu vida.
Con la terapia lograrás:
Sentirte más tranquilo y en control de tus emociones.
Recuperar energía y vitalidad.
Dormir y descansar mejor.
Desarrollar hábitos de vida más saludables.
Responder con mayor calma ante los retos cotidianos.
👉 Aprender a gestionar el estrés no significa eliminar las responsabilidades o los problemas, sino cambiar la forma en que los enfrentas para que dejen de sobrepasarte. La terapia es una herramienta que te ayuda a recuperar tu bienestar y a vivir con más serenidad y equilibrio.

